7 Consejos Para Comprar Ropa De Calidad

Dice Marie Kondo, una muchacha majísima que de orden sabe un rato, que las compras no hay que hacerlas por impulso: “hay que comprar solo aquello que te enamora”, dice ella feliz, como si fuese tan fácil, ¿no?.

La cosa es, que cada vez que me quiero comprar algo y no puedo (bien porque no tengo la plata, o porque no debo gastar en eso, oOoOo más simple todavía: NO LO NECESITO, se me aparece la cara de la Marie, y me lo pienso dos veces.

Pues bien, mi propósito con este post (hay que tener un objetivo para todo en esta vida si no pierdes el norte), no es otro qué cada vez que vayas a comprar ropa (y otras cosas), además de ver la cara de la Kondo, te hagas algunas preguntillas internas que te ayuden a comprar con calidad.

No se trata de no comprar, sino de hacerlo bien

Ahí es cuando aparezco yo cual heroína que nadie reclamó, para ayudarte a conocer estos simples consejos que deberías tener en cuenta antes de gastar tu dinero (en casi cualquier cosa).

No es la primera vez que me encuentro clientas que no conocen la diferencia entre una fibra natural, de una fibra artificial o de una sintética. Y la verdad es que no pasa nada si no se sabe, pero la verdad es, que tener cierta noción sobre la calidad y el tipo de fibras que hay en el mercado, te va a facilitar mucho la vida a la hora de elegir qué prendas comprar.

Nunca me canso de repetirlo: una clienta informada es una clienta feliz.

Y es que sabiendo solo un par de cositas, te vas a ahorrar un montón de pensamientos negativos que seguro has tenido alguna vez después de comprar ropa (u otras cosas que conlleven una mínima inversión).

¿O me vas a decir que nunca se te han pasado por la mente frases similares a estas?

• Me he gastado una pasta (un montón de plata) en este suéter y seguro que me dura dos días. 
• Me siento estafada. ¿En serio me acabo de gastar esta fortuna en esto?.
• Me compré una falda como esa en la esquina y me han cobrado la mitad (típica frase de tu amiga diez minutos después de que le muestres con alegría y emoción la falda por la cual te has pasado 2 horas, de reloj, en la tienda, que obvio, no era la de la esquina).
• Ahora es el turno de tu madre: ¿cuánto has gastado en esa camiseta? (vestido, cámara, sofá… en esta lista encaja casi cualquier cosa), pregunta obligada acompañada con una cara que refleja asombro, levantamiento de ceja y movimiento de cabeza de izquierda a derecha, que YA, todas sabemos lo que significa, ¿verdad?.

Pues bien, para que no te tengas que hacer esas preguntas una y otra vez, deberías aprender a hacer lo que yo llamo un ‘escáner rápido de calidad’.

Y es que hay algunos

Aspectos que tener en cuenta antes de comprar una prenda

Cómo las fibras con las que está confeccionada.

Las fibras naturales son de origen animal (lana de oveja, pelo de camello, etc), vegetal (puede ser algodón, lino, seda…) o mineral (como el amianto o el vidrio), pero suelen utilizarse para indumentaria de usos más especiales y específicos.

Vamos, que no te vas a encontrar una camisa en Zara hecha con amianto, pero no está de más que sepas que existen este tipo de fibras, por si te toca en una pregunta de Trivial o tu cuñado saca el tema en la cena de Navidad.

Tú por si acaso, siempre preparada para lo que venga.

Ok, mi prenda es, por ejemplo, 100% lana merino.

Pero, ¿qué significa?

Lo primero que tienes que saber es, que las prendas confeccionadas totalmente con fibras naturales, son más caras.

Y esto es así aquí y en la China.

El proceso por el cual pasa la fibra hasta convertirse en hilado es mucho más laborioso y costoso sin contar, por supuesto, la labor en sí para obtenerla. 

Te pongo un ejemplo muy simple: la seda.

Para conseguir el hilo de seda (que no es otra cosa que el capullo de unos gusanos específicos), se necesitan hasta doce procesos para convertir el filamento en tejido.

Entonces…

Para abaratar el costo final de un hilado o de una prenda, se suelen utilizar varios tipos de fibras

Si te fijas en la etiqueta de tu suéter, es posible, que esté confeccionado en algo similar a esto: 45% lana, 25% acrílico y 30% poliamida.

Es decir, que a mayor porcentaje de fibra natural, más cara será la prenda.

Si vas a pagar más por una prenda, por ejemplo, de pura lana, quizá te preguntes:

¿Cuáles son los beneficios de las fibras naturales?

Pues bien, la ropa confeccionada con este tipo de hilados, suelen ser más livianas, calentitas, suaves y agradables al tacto. Además las prendas de lana son ser super resistentes.

De ahí el típico suéter o bufanda heredada que da vueltas por todos los miembros de la familia y generaciones hasta que, casi, vuelve a ponerse de moda.

También debes tener en cuenta que conservan mucho mejor el calor corporal, ayudando a mantenernos abrigados durante más tiempo.

Otro ejemplo es el rey de las fibras naturales vegetales: el algodón.

Sus usos son interminables y la confianza del consumidor al ver una etiqueta que dice 100% algodón, es casi ciega. Sus propiedades y beneficios son archiconocidos, así que me voy a limitar a decir que las prendas tejidas o confeccionadas con algodón son: cómodas, transpirables, fáciles de teñir y lavar, entre otras muchas características.

Antes de hablarte sobre la siguiente categoría de filamentos, me gustaría remarcar, lo que para mí, es uno de los atributos más significativos e importantes:

Las fibras de origen natural son biodegradables

y tal y como está el asunto con el cambio climático, y la urgencia evidente en que todos pongamos nuestro granito de arena por crear un mundo mejor, (o al menos no contribuir en empeorarlo), me parece que no es un detalle menor a tener en cuenta a la hora de realizar nuestras compras.

Ok, ya te he contado la parte positiva, así que ahora voy a desvelarte la cara B (y… siempre hay cara B, la vida es así, ya somos grandes para saber qué es lo que hay, ¿no?.

Las prendas de origen natural encogen o achican.

Lo siento mucho, alguien tenía que decirlo y ya está dicho.

Lo ideal es lavarlas a mano o que tengas una buena lavadora con programa específico de lavado para lana o algodón. Pero mi humilde opinión es que, si te has gastado 180 € en un suéter de lana de oveja alimentada libre y feliz en una pradera islandesa con pasto de 3’5 cm de longitud, no hagas experimentos con el lavado.

El buen almacenaje y guardado de este tipo de prendas, también te va a ayudar a que se mantengan perfectas y que puedas lucirlas igual de estupendas que el primer día durante más años.

En el grupo de las

Fibras sintéticas

algunas muy conocidas como el poliéster o el nylon, son de uso común en la industria de la moda, entre muchas otras.

Hay que tener en cuenta que este tipo de hilados y tejidos están realizados a partir de derivados del petróleo (hola contaminación).

Son fibras resistentes, fáciles de producir, de mucha durabilidad, se presentan en muchas texturas y son de bajo coste.

¿Recuerdas lo que te contaba antes sobre lo de combinar fibras para abaratar el producto final?. Pues eso.

Por último, tenemos las

Fibras artificiales

que no son otras que las que imitan a las naturales. Se consiguen a partir de proteínas naturales (de origen animal o vegetal) o la celulosa.

Los ejemplos más conocidos y utilizados en indumentaria son el modal, el lyocell, y por supuesto, el rayón.

Las prendas confeccionadas con este tipo de filamentos son cómodas, gustosas al tacto, duraderas y resistentes. 

Y si, también son más baratas que las fibras naturales y el proceso de conservación y lavado es más fácil y económico.

Ahora que ya sabes todo lo que necesitas saber sobre fibras, y estás casi al punto de convertirte en toda una experta compradora, no olvides fijarte en los detalles. 

Los detalles, sin duda, marcan la diferencia

Revisa las costuras de la ropa, que no son otra cosa que los pilares que soportan la estructura de la prenda. Te habrás dado cuenta que las prendas que necesitan una mayor resistencia, como la ropa de deporte, precisan costuras reforzadas.

El hilo con el que están cosidas también es importante, pero si la prenda tiene un mínimo de calidad, se da por entendido que estará cosida con el hilo que corresponde. De otro modo, es posible que la costura se descosa con facilidad o que al lavar la prenda aparezca el conocido ‘efecto fruncido’.

Los accesorios o adornos como los botones, cremalleras, remaches, hebillas, etc. Son detalles importantes que ayudan a ‘levantar la prenda’ y favorecen a mejorar su aspecto y acabado. Aunque son cosas que podemos cambiar con facilidad (como por ejemplo los botones de un vestido), a veces hay que estar alerta. Es decir, si la idea es comprar una buena chaqueta de montaña o ski, el uso de unos buenos accesorios como pueden ser las cremalleras y cierres, es imprescindible para aislarnos bien del frío.

No pierdas de vista los acabados, si no son prolijos o  no están hechos con precisión, pueden arruinar algo que en un principio se pensó como un buen diseño. En ocasiones puede incluso hacer ‘barata a un prenda’ aunque en realidad no lo sea.

La forreria es también importante. No hay nada peor que invertir en una prenda y que a los 4 días tengas que cambiarle el forro.

Siempre que puedas, pruébate la prenda. El fit o el calce o hechura es primordial. Observa como quedan las prendas de alta costura o hechas a medida. No hay lugar para el error. Las prendas bien confeccionadas y hechas a partir de moldes correctos se amoldan a la silueta del cuerpo realzándolo.  

Una buena prenda necesita un buen patrón

Y por último y super importante, recuerda que:

Las etiquetas son tus mejores aliadas

Las etiquetas de composición y lavado son lo que la Biblia a todo buen cristiniano que se precie.

En ellas vas a encontrar toda la información que necesitas sobre la prenda. Las etiquetas muestran el ADN de tu ropa.

Observa la composición (a esta altura ya eres una completa experta), los símbolos de lavado (te ahorrás muchas lágrimas y si dudas de lo que significan, tienes tres opciones: Glooguea, haz clic aquí, o pregúntale a tu madre.

La tercera no falla nunca, ya te lo digo.

Las etiquetas además, muestran dónde se ha producido la prenda. Si eres de las que se preocupan por el medio ambiente, te gustará saber donde se hicieron tus jeans en el caso de que quieras optar por la compra de prendas de proximidad

Que no te confunda el lugar de producción o elaboración con la calidad del producto en sí

Pero como si este tema te interesa, lo charlamos en otro post porque si no me alargaría demasiado y no es la idea (¿no lo parece verdad) risa maléfica).

En conclusión,

Cuanto más sepas sobre la prenda más vas a poder justificar su precio. 

Ahora ya sabes que hay un montón de factores importantes a la hora de invertir y hacerlo bien.

Que un abrigo te dure uno o diez años va a depender de muchos factores, pero ahora, al menos, sabes como distinguir los productos y tomar decisiones con fundamento.

Lo único que espero es que después de leer este post, cuando vayas a la tienda y estés a punto de comprarte el modelito de tus sueños, además de imaginarte a la maja de Marie Kondo, te acuerdes de mis siete consejos para comprar ropa de calidad y te sientas como toda una cazadora de cosas buenas. 

¿En qué otros aspectos te fijas antes de comprar? ¿Había algo de lo que te he contado en lo que nunca te habías fijado? Me encantaría saber cuales son tus trucos y poder sumarlos a mi artículo.

¡Espero tus comentarios!

P.D: Si eres de las que compran por internet, fíjate en las descripciones antes de comprar el producto. Si la marca o la firma están en Google o tienen redes sociales, chequea los comentarios de los clientes (las experiencias de otros siempre ayudan). Si tu consulta no puede resolverse en la sección de preguntas frecuentes, en el caso de que se trate de una marca pequeña, quizá contactando con ellos encuentres soluciones a tus dudas.

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